EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA


El Coronel espera. Le prometieron una pensión, y desde hace años le incumplen la promesa. Viernes tras viernes, trajeadito y solemne, se para ante el muelle aguardando la carta que anuncie la llegada de su pensión. Todos en el pueblo saben que espera en vano. Lo sabe también su mujer, que cada viernes lo mira prepararse ante el espejo para recoger la carta que hace años 10 esquiva. Pero el Coronel cierra los ojos ante esta verdad tan evidente y se aferra a su sueño. Y es que, si no, ¿qué le queda?

No hay comentarios:

Publicar un comentario