La cámara recorre los pasillos de la memoria. Hay imágenes fragmentarias como pulsaciones de un mensaje a descifrar. Poco a poco se hacen más fluídas, nítidas y legibles. Van estableciendo un contínuo de rostros, de calles y multitudes, de luchas y recuerdos. la película relata de modo tranquilo y sensible el esfuerzo por recuperar esa historia. Sus protagonistas y narradores son jóvenes uruguayos, argentinos y chilenos. Siguiendo el itinerario de sus padres y madres, han establecido contacto y se han conocido. En lucha común por recuperar su historia han establecido lazos de organización y tambien de amistad. La cámara viaja de Argentina a Uruguay, de Uruguay a Chile siguiendo el rastro de aquellos que fueron jóvenes en los ´70 y quisieron una sociedad distinta y debieron escapar de un país a otro. En el trayecto, se hace evidente que si la represión no tuvo fronteras, la lucha conta su impunidad tampoco debe tenerlas. Chevocachai presenta a sus hijos, activos, buscando las raices que les permitan reconsxtruir el linaje familiar, discutiendo las formas de una lucha que está lejos de haber sido sepultada, escrachando a represores reciclados, en ámbitos públicos o privados. Como no es posible fundar una sociedad en la reconciliación, los princípios de los padres vuelven a encarnarse en sus hijos. Y también resurge la discución, más o menos politizada, entre las diferentes opiniones. Todo este rico proceso de debate y comprensión queda registrado en la película. La comprensión de un pasado que se lleva grabado en el propio cuerpo, y también de una herencia para afrontar el futuro.
Si quieres saber mas sobre la agrupacion H.I.J.O.S.
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